La leche materna constituye, por si sola, el mejor alimento y la mejor bebida que puede darse en forma exclusiva a un niño o una niña hasta los seis meses y con otros alimentos hasta los dos años. Los niños alimentados con leche materna son más inteligentes, contraen menos enfermedades y están mejor nutridos que los que reciben otros alimentos. liga de la leche en Puebla
La lactancia con biberón, especialmente en las comunidades de bajos ingresos, representa una grave amenaza para la salud y la vida de millones de niños y niñas, por las dificultades para asegurar una higiene adecuada.
El primer requisito para que la lactancia sea exitosa es que la madre reciba información completa, eficaz y amable de parte del personal de salud para que pueda tomar una opción libre. Esto le dará confianza en que puede amamantar a su hijo. En seguida necesita recibir estímulo y apoyo familiar y social, en especial del esposo o compañero y de la familia, pero también de la gente amiga, de los grupos organizados de mujeres que dan apoyo madre a madre para la lactancia y la crianza, de los medios de comunicción y de las organizaciones patronales en los sitios de trabajo. De este modo se favorecen las condiciones sociales que hacen posible la práctica de la lactancia materna: nutrición, salud, apoyo en las tareas del hogar, mensajes sociales a través de los medios y cumplimiento a la legislación laboral.
En términos simples, pero ciertos, la lactancia materna es una práctica en peligro de extinción en todo el mundo, tanto en países ricos como pobres. Hay una tendencia general a alimentar a los bebés con sucedáneos de la leche materna, con la consiguiente disminución del amamantamiento como método exclusivo de alimentación.
Muchos hospitales, fuente y símbolo de la práctica médica moderna, atentan contra el amamantamiento con prácticas como la separación del recién nacido de la madre después del parto. Un millón de niños mueren por año, y millones más quedan incapacitados, debido a que no son amamantados.
Los expertos en nutrición, salud y desarrollo infantil coinciden en que la lactancia materna es el método más eficaz para otorgar al bebé una alimentación completa, que lo proteja de infecciones y enfermedades. A pesar de ello, la mayoría de los hospitales y centros de maternidad dificultan que las madres puedan amamantar a sus hijos. En muchos casos, dependen de los sucedáneos de la leche materna, que reciben en forma gratuita o a precios rebajados, y separan a la madre del bebé inmediatamente, aun antes de que la madre tenga oportunidad de ama- mantarlo, para darle un sucedáneo u otros líquidos. De esta manera, a pesar de los conocimientos científicos acerca de la lactancia materna, la mayoría de las instituciones sanitarias han quedado rezagadas en materia de amamantamiento.
Desafío a la naturaleza
El intento de los seres humanos de reemplazar el método natural de alimentación de los recién nacidos, que comparten con todos los mamíferos de la Tierra, es de muy reciente data . Ese desafío a la naturaleza se generalizó en los países industrializados en el siglo XX, especialmente des- pués de la segunda guerra mundial, que determinó un aumento de las mujeres en la fuerza laboral. Los adelantos tecnológicos en materia de alimentos envasados posibilitaron que se ofrecieran sucedáneos de la leche materna a las mujeres que trabajaban dentro y fuera del hogar.
La agresiva promoción comercial de esos sucedáneos fue dirigida a los médicos y maternidades y los alimentos para bebés con- quistaron rápidamente un vasto mercado. Muchos hospitales, sujetos a las limitaciones de tiempo de las sociedades industrializadas, alentaron el uso del biberón, que se convirtió en un típico símbolo publicitario del “progreso ” moderno. UNICEF estima que el abandono de la lactancia natural es factor importante en las muertes de por lo menos un millón de niños por año. Muchos más sobreviven a pesar de no ser amamantados, pero sufren deficiencias en su crecimiento y desarrollo. Hacia mediados de la década del setenta ya era evidente que las técnicas de comercialización de los sucedáneos de la leche materna le habían ganado de mano a la educación sanitaria.
La presunción de que “nuevo” significaba “mejor” estaba costando las vidas de muchos niños. Una campaña mundial por parte de organizaciones sanitarias y grupos de ciudadanos llevó a la adop- ción del Código Internacional de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna por parte de la Asamblea Mundial de la Salud, en 1981. El Código reglamenta las técnicas de publicidad y promoción de los sucedáneos, pero aun en los pocos países que lo incorporaron a su legislación, la verificación de su cumplimiento ha sido débil o inexistente.
La lactancia materna establece vínculos profundos entre madre e hijo.
Aunque el proceso de vinculación recíproca entre madre e hijo es continuo, las primeras horas de vida del bebé son especialmente importantes. Madre y bebé tienen un efecto de troquelado recí- proco: registran imágenes táctiles, olfatorias, auditi- vas y visuales que tienen efectos positivos y para toda la vida. La necesidad instintiva de protección y nutrición del bebé es especialmente fuerte. En los partos naturales, el recién nacido es quien inicia el proceso de amamantamiento.
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